En un estudio reciente llevado a cabo en Grecia, los investigadores han comprobado si los vinos que contienen proteínas con riesgo potencial de producir alergias pueden efectivamente ser capaces de hacerlo en pacientes alérgicos. Se estudiaron vinos de mesa con distintas concentraciones conocidas de caseína , albúmina de huevo y cola de pescado.
Los legisladores europeos y los productores de vino debaten los requerimientos del etiquetaje de vinos que contengan proteínas que potencialmente puedan producir alergias (caseina, clara de huevo o cola de pescado).
Se estudiaron vinos de mesa con distintas concentraciones conocidas de caseína , albúmina de huevo y cola de pescado. A pesar de que las concentraciones de huevo, leche o pescado fueron indetectables con los métodos de laboratorio disponibles, las pruebas alérgicas realizadas con los vinos a pacientes con alergia a leche, huevo o pescado fueron positivas en la mayoría de ellos. Los pacientes que consumieron vino sufrieron pocas reacciones y fueron de carácter leve.
La clave está en la caseína, una proteína de la leche que se usa para eliminar las impurezas del vino
La caseína se utiliza en el proceso de clarificación de los vinos, cuya finalidad es la eliminación de impurezas. Como clarificantes se suele usar la caseína para el vino blanco, la clara de huevo para el vino tinto y la albúmina de sangre animal (cordero, ternera) para el vino rosado. Con ello se consige atrapar las partículas en suspensión en el vino. Además de clarificar, la albúmina de huevo mejora el aroma y paladar del vino tinto.
Los autores concluyen que existen trazas de caseína, leche o cola de pescado en el vino, pero no presentan un gran riesgo para los alérgicos a alimentos.
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