Es una respuesta exagerada del sistema de defensas al contacto con algunos alimentos.
Los síntomas se producen por reaccionar con mínimas cantidades de las proteínas del alimento, normalmente a los pocos minutos de haber ingerido la comida.
Es más frecuente si la persona tiene otras alergias, como la piel (dermatitis atópica) o asma bronquial.
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