Intolerancia a alimentos
En las intolerancias el paciente presenta una respuesta especial frente a un alimento: normalmente se debe a una alteración en la digestión o en el metabolismo, probablemente por déficit de una enzima.
Las intolerancias no son alergias, aunque los síntomas se pueden parecer y por ese motivo confundir al paciente. Las intolerancias afectan al metabolismo y las alergias al sistema inmunológico.
En las alergias se producen unos anticuerpos que se pueden comprobar en la piel o en análisis de sangre. En las intolerancias no están implicados los anticuerpos, por lo que todos los métodos diagnósticos que midan anticuerpos no son indicados para el diagnóstico.
El caso más frecuente es la intolerancia a un azucar de la leche (intolerancia a la lactosa). Se produce por no tener o disminuir su efectividad una enzima del tubo degestivo llamada lactasa, que descompone la leche para que se pueda absorber.
Enfermedad celiaca: el gluten
El gluten está formado por varias proteínas que se encuentran en muchos cereales (trigo, cebada, centena). Hay personas que presentan problemas en su sistema digestivo que les impide absorber los alimentos que contengan gluten. Esto es la enfermedad celíaca, celiaquía o enteropatía por gluten.
Al comer alimentos que contengan gluten una parte del tubo digestivo (la mucosa) se daña e impide la correcta absorción de otros alimentos (grasas, proteínas, hidratos de carbono). No es ningún tipo de alergia, ya que no intervienen los anticuerpos que sí se dan en las enfermedades alérgicas.
La intolerancia al gluten produce fundamentalmente diarreas, bajo peso y dolor abdominal. En niños puede retrasar el crecimiento e incluso llevar a desnutrición.
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